domingo, 28 de febrero de 2016

EL SENTIDO INTEGRAL (no común)



EL SENTIDO INTEGRAL (no común)

El autor que Hermnan Hesse en su libro “El lobo estepario” nos dice que quien somos, es la construcción de un todo, de cómo vamos creciendo en la vida, las personas que conocemos y los lugares que visitamos, las experiencias que tenemos etc. Y así nos vamos formando y lo que es más importante, vamos actuando conforme a los hechos que se nos van presentando en el camino de la vida, es decir, nos vamos adaptando al entorno que nos rodea en tiempo, lugar y forma. Nuestra cosmovisión se va abriendo o cerrando ante horizontes que conocemos o nos gustaría conocer. Podría decir que todos llevamos no solo un lobo dentro si no tantos animales que nos representan como fruto de nuestras experiencias y es tarea de cada persona conservar lo que vivimos o desecharlo en algún momento en el que se vuelve perjudicial o “no sano” para nosotros.
Creo que el ser humano vive por sus experiencias y no por el tiempo o edad que lo represente, es simplemente la conformación de él y su aprender de la vida. El código de comportamiento establecido en la sociedad de una vida llena de felicidad sigue una línea muy clara, donde una vez que llegas a morir en la vejez lleno de nietos e hijos que te quieran y dinero en el banco puedes irte en paz a cualquiera de los cielos porque fuiste una persona de bien y moriste felizmente. ¿Pero qué pasa si nos salimos de ese margen? Si hacemos como el autor del libro, si nos adentramos tanto en nuestra independencia que el solo contacto con la sociedad nos represente un dolor de cabeza o nos convirtamos en seres despreciativos y nos molesten con los que compartimos un mundo.
En el momento en que el ser humano opte por vivir su independencia y aislarse de toda sociedad se perdería el sentido del humanismo y hermandad. Una persona que solo se preocupa por ella no puede crecer ya que no tiene a nadie alrededor que la enriquezca y la retroalimente, no hay un ¿Por qué crecer? Ni un ¿Por qué? Solo hay un YO dentro de ese ser que se preocupa por sí mismo, ese ser puede ser tan grande como él lo busque, pero mientras no tenga el sentido de compartir su grandeza con los demás, esa grandeza desaparece y se queda en egoísmo. Recurriendo a lo que nos muestra Mariano Moreno Villa en “ Ni Solipsismo ni alterismo”  efectivamente las personas no somos un problema que se pueda resolver como una ecuación, somos bastantes complejos, somos un misterio, existiendo dos posturas nuestra yoidad como seres egoístas y la alteridad, sin embargo reconocemos nuestra alteridad pero no la aceptamos del todo, entonces no estamos logrando nada. Ni salimos del egoísmo ni aceptamos a los demás compañeros de vida que nos rodean, nos contradecimos a nosotros mismos.
Así como Herman Hesse y Clifford Geertz nuestro sentido común es bastante subjetivo que hasta podríamos preguntarnos,  ¿Qué tan comunes somos nosotros o ¿Qué es común? ¿Qué es con lo que nos identificamos como normal o anormal? Y es que en estos cuestionamientos podemos abarcar una gama de temas que hasta este punto es difícil generar una postura, propongamos un ejemplo desde el razonamiento de Geertz. “La basura”, desde nuestro crecer (la mayoría de nosotros) hemos sido educados para tirar la basura en su lugar, no? Y ese es nuestro sentido común, no se puede tirar en la calle porque contamina, perjudica el ambiente o genera enfermedades, etc. Pero ¿qué pasa cuando esos residuos son la fuente de trabajo para otras personas o incluso su fuente de alimentación como gran cantidad de familias lo están viviendo en el mundo?
Es así como puede cambiar nuestro paradigma, el generar empatía con nuestro terceros podría desarrollar que nuestras formas de vida y nuevamente el sentido común no fuese común, propongo que el sentido común se convierta en sentido general o sentido global, un sentido incluyente. Pongámonos exigentes, tengamos un sentido incluyente.
La inclusión de los temas tabus nos genera conflictos personales, pero a estas alturas ya no estamos para pensar en lo individual sino en lo global. La intersexualidad como lo vimos con Lucía Puenzo en XXY o con los testimonios de brújula intersexual, son pequeñas muestras y caminos a la verdad de la realidad, no podemos seguir ocultando lo que nos compone y nos genera el conocimiento de nuestra cultura porque de esa forma sería una incoherencia que le llamáramos “cultura” a algo donde no confluyen todas las formas, ideas y mentes. ¿Es necesario crear juicios de valor a personas que no son iguales a mí (a nosotros)? ¿Por qué no aceptar al tercero? ¿Por qué llamarlo diferente? En nuestra realidad existe una herida social que se vislumbra en la generación de estereotipos, un claro ejemplo es la integración de las parejas homosexuales en el sistema legal mexicano.
Estos cambios de paradigma nos hacen cuestionar incluso el concepto de amor que hemos construido o nos han inculcado, lo cual es muy fácil de explicar, hemos escuchado y visto que por ser niñas nos deben de gustar lo niños, que a los niños les deben de gustar las niñas, eso nos convierte en heterosexuales, si dos niñas se gustan y dos niños también los convierte en homosexuales, lo que nos obligan a generar etiquetas, estándares etc. Generando una opinión menos excluyente ¿Qué pasaría si nos enamoráramos de la esencia de la persona y no de su género propiamente? Como Alex y Álvaro
(película XXY) que se dejaron llevar por sus sentimientos dejando sus cuerpos (o la construcción social había de cada uno de éstos) en un segundo plano.
Todos los humanos debemos experimentar la totalidad de los eventos de la naturaleza del SER para saber en qué momento por el propio criterio establecer lo “bueno” y lo “malo”  o lo “TODO” y no discriminar sino ser parte de eso del SER.
Pocos autores mencionan la problemática que existe dentro de las minorías, esto es la presencia de los transexuales y los intersexuales en los flujos migratorios y es que si lo ligamos a la intersexualidad todo gira en un mismo entorno de descalificación, discriminación lo cual se podría interpretar como que estas minorías entre muchas otras son víctimas de la generalización de ideas en un mundo tan lleno de “sentido común” que ya no hay cabida para el sentido integral de los otros. Sabemos que este fenómeno está estrechamente vinculado a los procesos económicos, sociales y políticos y aunque la migración implica decisiones individuales, está lejos de ser un acto exclusivamente voluntario incentivado por un afán egoísta de encontrar mejores condiciones de vida personales y familiares, y de disfrutar de un mejor estatus en los lugares de destino. Los diversos momentos de la migración y del desplazamiento de población han sido, en sentido estricto, etapas diferentes de un mismo proceso de reconfiguración de las sociedades.
Sea bajo el peso de tensiones políticas o de reacomodos económicos la migración o el desplazamiento escenifica los diferentes resultados de la contradicción capital-trabajo y de su conflictividad subyacente. De tal suerte se puede presumir una interrelación entre migraciones y desplazamientos forzosos, por razones distintas, pero que ejemplifican situaciones diferentes; con ello se torna difícil establecer límite entre la migración como una determinación personal y voluntaria, y el desplazamiento forzado, ya sea por razones económicas o políticas, inclusive ambientales o por violencia social.
A lo largo de la historia y todavía en la actualidad a reinado en la sociedad la justicia punitiva, el ser humano ha evolucionado y se desarrolla mediante el castigo y el terror, eso es lo que pasa cuando no se tiene un sistema de adaptación e inclusión en la sociedad.
Cuando no se tiene una educación rica en valores como el respeto, tolerancia, responsabilidad, entre otros, entonces la humanidad no avanzará, mientras se sigan descalificando o denigrando a las personas por su físico, costumbres y usos, no podremos progresar como sociedad, mientras nos sigamos viendo como algo físico y no como personas seguiremos perdidos en el tema de la aceptación, inclusión y se seguirán generando tabus a lo largo de nuestra historia. Poco a poco vamos rompiendo con estereotipos pero para que se rompan transcurren años y generaciones, como antes lo era el sexo, la sexualidad de la mujer, la libre expresión en todas sus formas, creo que estos son temas que hasta la fecha tenemos que bajar un poco la voz en lugares públicos para que no se nos vea con ojos de asombro.
 Desafortunadamente pienso que en México todavía nos hace mucho camino por recorrer y es que gran cantidad de personas somos influenciadas día con día por los medios de comunicación, que lejos de generar conciencia social o valores dentro de los receptores de los mensajes, generan estereotipos.
La publicidad es indisociablemente un síntoma de la devastación del mundo y uno de sus motores. Contribuye a ella de doble manera: al estimular el exceso de consumo de mercancías industriales, favorece el desarrollo de una economía devastadora […] frena una toma de conciencia cada día más urgente. (Marcuse, 2004)
Por lo que nos relata el autor Marcuse en su texto anterior, nos podernos dar cuenta que la publicidad, el marketing y los medios por lo que estos se difunden son cómplices del exceso de gasto que se quiere provocar en el consumidor, provocando modas intelectuales, culturales, religiosas y sobre todo de vestimenta.
Encontramos la publicidad como un factor de fomento de nuevas costumbres, y nuevas formas de consumo, pero sobre todo muestran a los receptores de esta publicidad formas de vida que no pueden alcanzar o incluso que representan ideologías que no son realistas.
La publicidad y el marketing hacen las expectativas de vida cada vez más grandes, es decir, la sociedad ha impuesto una línea de tiempo en la vida perfecta que es: estudiar una carrera, conseguir un buen trabajo, hacer una vida marital, tener hijos, vivir en una buena casa en una zona residencial y  esa es la vida perfecta de toda familia.
Pero esa opción es limitada solo para escasos sectores de la población  ya que por lo menos en México, la Población Económicamente Activa es de 52 675 784  personas, de los 118 896 009 habitantes que hay en el país (INEGI, 2013). Solo el 44.30% es el que trabaja y a eso habrá que sumarle que el salario promedio en México es de 31.2 pesos por hora trabajada por ocho horas de jornada laboral, significa que una persona económicamente activa en nuestro país gana alrededor de $7, 490 pesos al mes (INEGI, 2013).
Ahora nos preguntamos ¿en verdad se puede vivir una vida de modas y consumismo con ese salario?  Seamos realistas, consideremos nuestra lógica e integridad para no caer en esos juegos de poca ética, moral y juicio.
Enfocarnos en querer siempre más formas de vida lujosas nos hace despojarnos de todo sentido integral que nosotros podamos generar, apartándonos poco a poco de los problemas reales como los antes ya mencionados.
Si seguimos haciendo reflexión podríamos seguir y seguir con problemas que se generan y se van creando por las formas de desarrollo económico, cultura, fisionomía, costumbres, formas de vida, preferencias sexuales, etc. Estamos lejos de alcanzar lo que se podría llamar una plena comprensión de nuestro mundo, porque si lo entendiéramos entonces ¿qué nos quedaría? Todo sería sencillo y lleno de comprensión, amor e igualdad, pues entonces nuestro mundo no tendría chiste jajaja!

  • ·         Puenzo, L. (Dirección). (2007). XXY [Película].

  • ·         Documental "Hombre-Camión": https://camiongdl.wordpress.com/el-hombre-camion-documental/
  • Morales Gamboa, A. (2006). Migración, empleo y pobreza. San José: FLACSO
  •   Noticia "Viven sin dinero y llevan a Alemania a detenerse y pensar" :http://www.lanacion.com.ar/1444281-viven-sin-dinero-y-llevan-a-alemania-a-detenerse-y-pensar
  • http://www.lavanguardia.com/vida/20160205/301933501637/francia-prohibe-desperdiciar-comida-supermercados.html
    http://www.elpais.com.uy/vida-actual/jornadas-laborales-extensas-disminuyen-productividad.html
  • Marcuse, G. (2004). De la miseria humana en el medio publicitario. Paris: melusina [sic].
  • INEGI. (1 de Diciembre de 2013). Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Recuperado el 21 de Marzo de 2014, de http://www3.inegi.org.mx/sistemas/temas/default.aspx?s=est&c=25433&t=1 
  • Hesse, H. El lobo estepario . Editores mexicanos unidos . 
  • Villa, M. M. Ni solipsismo ni alterismo.



1 comentario:

  1. Muy interesante tu reflexión Ale. Recomiendo profundizar en la cuestión del sentido integral o global como alternativa al sentido común. Como te decía, creo que más bien lo del sentido global ha sido una de las propuestas principales para tratar de organizar la sociedad y se alude a ellas como "universalismo". De hecho lo común suele plantearse como alternativa a ese universalismo, en el que reconozcamos que tenemos necesidades comunes como la vivienda, el alimento, etc. en las que podemos converger para organizar la vida y no tener que recurrir a valores supuestamente universales que son implantados desde determinadas posiciones de poder.

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